La noticia es que mi libro La
Perra fue elegido por Horacio Salas, Laura Yasán y Alberto Szpunberg
como el ganador del Concurso Internacional de Poesía Raúl González Tuñón y que
será publicado este año en esa colección por el Grupo Editorial Sur - Lamás
Médula Ediciones.
Anoche, cuando anunciaron y me
enteré de esta alegría, la incredulidad y la emoción no me permitieron
articular un pensamiento y un discurso que honraran el esfuerzo y la pasión de
los masmedulares por multiplicar y abrir espacios en la Literatura para los que
nos sumergimos en esa forma del Misterio que es la Poesía.
Los chamanes enseñan que si
existe la necesidad de decir algo frente a una experiencia de Verdad y Belleza
–esos otros nombres del Misterio-, quizás lo único que esta forma detenida de
la Luz que somos deba decir es “Gracias”, y de esos se trata esto.
Gracias a Ture y, en su nombre, a
todas y todos los que insisten en la quijotada de construir la experiencia de
Lamás Médula, el GES y el Concurso Tuñón. Son maravillosos seres, necesarios.
Gracias al jurado no sólo por la
distinción, sino, especialmente, por su obra que admiro y de la que aprendo
siempre.
Gracias a Ale, compañera y amor
de mi Vida.
Gracias a Rocío, Jazmín, Jotaele
y Ema por estar allí acompañándome con una fe en mí que envidio (y gracias al
mozo que nos dejó colarnos en la pizzería).
Gracias a todas y todos los que
estaban acompañándome a la distancia. Mi corazón estaba lleno de tantos amigos
y hermanos que me costaba respirar (no era asma, eran uds, lo juro).
Gracias y felicitaciones a los
otros poetas ganadores del Concurso. Uds y sus obras son un motivo más de
orgullo para este barbudo Subpoeta.
Gracias a dos poetas siempre
presentes en mi Memoria: Inés Manzano y Leonardo Martínez. Enormes poetas de
nuestra Lengua que creyeron en mis subpoemas con infinita generosidad.
Gracias a Pepe por cambiar mi
Vida, por enseñarme eso que años más tarde fue dicho con la misma claridad y
profundidad con la que él me (nos) lo trasmitió: La Patria es el Otro. Pepe -lo
contaba el viernes en Rodríguez- nos enseñó, en medio del decadentismo de los ‘90,
una ética cristiana y peronista, una ética del hacer siempre lo mejor sin
facilismos, sin descanso, sea lo que sea y dónde sea: construir el Reino de los
Cielos en esta Tierra.
Gracias a mi familia que desde el
nacimiento, casi como el paradójico Dios de Borges, me dio los libros (aunque
no la ceguera… por ahora). Gracias por estimular y respetar esa rareza de
disfrutar la lectura y la escritura de ese mozalbete imberbe, del púber
flacucho y del peludo que fue engordando en estos años.
Gracias a Rita que hace más de
veinte años me brindó de un anaquel de la biblioteca popular de Francisco
Álvarez La
rosa blindada de Tuñón mientras me exhortaba a leer a Girondo. Bien
mirado, el Universo es una conspiración que haría sonrojar a la KGB, a la CIA y
a la Corte Suprema (de pollo).
La Perra es un poemario compuesto entre unas vacaciones a metros del mar en 2009 y un refugio en las sierras cordobesas en 2014. Todo lo que sucedió en el medio -las charlas, los aprendizajes, los dolores, las transformaciones, las mudanzas, los sueños, los vinos, los abrazos y besos, el espacio, el tiempo- ha sido material de este arte/facto poiesis que felizmente llegará a sus manos.
¡Los abrazo profundamente!
SFM.-