“El pájaro de antaño en la clave del poeta"
Vicente Huidobro
Vicente Huidobro
Lo odiaba tremendamente.
Cuando sentía hervir sobre la hornalla el elemento
mis temores –fundados ya en escasa experiencia-
berrincheaban en mis adentros.
Mi madre
/a quienes todas las mujeres y hombres de mi vida deben rezarle
Mi madre
/a quienes todas las mujeres y hombres de mi vida deben rezarle
el rosario correspondiente a mis caprichos trasinfantes/
me calmaba entonces con su dulzura de media mañana de
invierno
y conjuntaba aquella ridícula monstruosidad
frente a mi, testigo necesario, para dejarla fluir luego
bajo el agua de la canilla
y era así llevado al inframundo
donde habitaban otros hermanos
que seguro desearían aquella
como yo deseaba ver derretirse la manteca sobre las tostadas de pan.
como yo deseaba ver derretirse la manteca sobre las tostadas de pan.
Esta mañana –ya casi adulto-
dejé hervir por accidente la leche sobre la hornalla
la sustancia había emergido de un envase plástico y helado
/polisemánticamente helado/
no de las ánforas metálicas sobre el carro de don Luciano
y reposaba a mi espera en un cacharro enlozado
y reposaba a mi olvido sobre una corona de fuegos mínimos.
Mi olvido me trae nirvanas algunas mañanas
como cuando me afeito las lagañas frente al espejo
y descubro detrás de mi sombra de años
los ojos pretos y enormes del niño que sobrevive en mí.
Esas mañanas juego
y soy superhéroe o el sansón descabellado de una atalaya,
y soy poeta o un lector voraz o un amante o un profeta
cuya cabeza moja las enaguas de Salomé
y habla /aún cercenada sobre bandejas de argentum/ de
ficciones
de catáforas de sustituciones pronominales.
Algunas mañanas, mi olvido me trae nirvanas
como hoy
que dejé en un hornalla mi infancia
y me bebí el café coronado de natas.
Moreno, 20/06/13
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