a Girondo y sus Calcomaníasa Giuseppe Aldo Tanoguchi & flia.Las Toninas, 19/12/15
Las gaviotas prestan su gracia de
miriñaque
a la fotografía
: mojones plumíferos de la mar.
A contraviento/ ladra
una jauría de arena
sobre una pelota
q huye del límite imaginario
q cinco Rimbauds del balompié
y una Alfonsina sin caretas
han trazado por anchor
de una pila melliza de remeras.
Se canta el aria de los choclos
enmantecados
y las harinas borrachas de
fritura.
Dos ancianas /con honestidad
de cetáceos/ corrigen
la superpoblación de
huesos marinos
: mañana serán reliquias kitschs
Una corvina se asoma y
/en gesto galante/
sonríe su salitre
a las únicas nalgas
desayunables que
enfrentan la gelidez
del viento.
Las esposas abandonan
/en la orilla/ a sus maridos
que /en hilera/danzarinamente
parcos
arrojan sus falos al agua
en busca del alimento
y la hombría perdida.
En el horizonte sur
una tormenta
amanece
Un poeta
se moja los pies
en el hielo antiguo
en la lengua de su madre
:
Tantas cosas te has llevado
/muge/ ¿Qué puede costarte
mi pena?
Otro niño
grita / mordido por
una bolsa de nylon.
Madres
traccionan /a cordón umbilical/
desde un médano
hasta la espuma
los miedos de sus hijos
a sus propios miedos
a sus propios hijos
:
Para vos / está fría
Para vos / está fría
Para nosotros / está
/declaman libertarios
sacudiéndose los consejos
como milanesas/
Perros gaviotas y futbolistas
son ahora
unísono ultrasónico
arrabal / pueblo
charco de tinta
donde resbalaría de furia
la dignidad de Echeverría.
Mi risa los celebra
desenredándose
del barbaderío
y del cliché idealista.
Retornan las
cetáceas ancianas
con igual honestidad
y la bolsa llena
Me quito los lentes
y pienso
:
Todavía hay tiempo
para este cuerpo.
*
Perros perros perros
perros perros perros
perros perros perros
En el país de los Tanoguchis
lo que no grita
es perro.
*
Dos antiguos Tanoguchis
/testimonios vociferantes
de una patria distante
allende la mar/
se encuentran
en una esquina/ del país
y ejercen su ontología/
su principio constuctivo/
su razón social
: la queja
Ladran /como la jauría
que los acompañan/
su pena mínima
como herida en la sangre
:
Sin pomarola! Sin pomarola!
/dicen/ con la herencia desteñida
con la melancolía de una tierra
lejana
De tanta tristeza / De pura
nostalgia
Pomarola suena a latido
y el sonido de la ele
se transmigra lágrima.
*
Los caminos en
el país de los Tanoguchis
fueron
trazados/forjados/erosionados
con la nostalgia de la sangre
con la prepotencia de la lágrima
Surcos de arena
tatuados/numerados
sobre el ventrículo
que estallará
una de estas mañanas.
*
¡Que perfore tu grito/ la mar!
¡Que recorra su infinitud
discreta!
¡Que llegue a la otra orilla!
¡A la patria provenzal!
¡Para que en este lado del dolor
deje de hacer camino/ la pena!
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