Me declaro esbirro de la escritura automática, del viejo cáliz surrealista que libera del polvo al inconciente. Me declaro enamorado de tzara, artaud y breton… y ya se va entendiendo todo.
Si quiere, desguace el poema, pero soporte las manchas de sangre: dentro del poema hay un hombre.
Alquitrán, alcohol y amor: tres nocivalgias que inundan estas calles que el verso ha elegido. Después ni suspire que yonoleavisé.
Soy cachorro de una luna que se aleja para darme penas y rencor de ya no ser luz, si quiere espíe el infecto estómago de este despojo tísico de alegre cantar y bébase un café para olvidar la última lágrima que vivirá enredada por la eternidad junto al bilis que se pudre bajo tierra: nada más, usted dirá que no es poesía, y a mí ya no me importará.
He recorrido sus caminos también, lustrando palabras para enceguecer y enceguecerme, y no me gustó. No le voy a recitar un Ars poétike en esta mañana fresca en que la resaca aún me permite trasladar los torpes dedos por unas teclas manchadas de dios. Pero si de entre el barro usted alza la mirada, sepa; el arte sana. Y aquí me voy despertando, todavía… gracias al poema.
Una última arcada: hay mucha poesía que denuesta las magnolias y las boinas de poeta, estamos en el subpoema por elección y aquí nos quedamos… tras la huida de ella
2 comentarios:
GENIAL!! QUE SE HAGA CARGO QUIEN QUIERA Y QUIEN PUEDA AGUANTE LA SUBPOESIA, LAS SUBPROFESIONES Y EL SUBTE
Brindemos por ustedes, seres libres de algún sitio donde nuestras almas no perpetuarán. Cantemos algarabías irreconocibles para los no-poetas que digitan vidas que no pronunciaremos.
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